A tan sólo veinte días de la inauguración de la Expo, la Estación Delicias de Zaragoza presenta un aspecto desalentador. El recinto que colinda con la zona de Ranillas está muy lejos de terminarse a tiempo. Las obras continúan en un estado poco avanzado que presenta a los viajeros una primera impresión de la capital aragonesa poco halagadora. Ésta es la imagen con la que se van a encontrar los que lleguen en autobús:
Los obreros trabajan a marchas forzadas para que todo esté listo lo antes posible
Los esfuerzos parecen estar centrándose en finalizar la zona de exposiciones antes del día de la inauguración. Sin embargo, son muchos los vecinos que se quejan de la falta de previsión respecto a la zona de la Estación. Afirman que, desde que el edificio se puso en funcionamiento, el acceso peatonal todavía sigue siendo precario y los ruidos de las máquinas excavadoras, constantes. Eso sí, nadie puede negar que las obras siguen teniendo un fuerte atractivo para el ciudadano que decide pasear por allí:
Se calcula en millones el número de visitantes que tendrá la Expo 2008 durante sus tres meses de apertura. “Por eso es necesario cuidar las zonas de acceso, para que la primera imagen que tengan de la ciudad sea lo mejor posible”, dice David González, del Departamento de Relaciones Públicas de la Expo, y añade que: “también hace falta que esas zonas de llegada y salida de viajeros sean cómodas y funcionales”. Veremos qué sucede, porque el turismo será muy importante este verano.